El temido primer día de vacaciones

Carmen empezó a hacer ruiditos a las ocho de la mañana. Mi marido ya se había ido. Miré el reloj que también tení fecha, oh no, 24 de junio, primer día de las vacaciones de verano. Por delante quedaban dos largos meses que aguantarles. Que si no veais la television tanto, que si las notas, que si internet, que si salid, que si llevanos a la playa, que si no os quemeís, que si comed que os quedais pequeños.. remoloneé mas de la cuenta y me levanté a coger a Carmen. Me acerqué a la cuna y ella ya estaba de pie mirándome

-¿Sabes? ya va siendo hora de que te vayas a dormir con tu hermana y que te aguante ella-le di en la nariz y la cogí en brazos- ¿verdad canija?

Abrí los ojos y bostecé frotándome los ojos con las manos. Pestañeé y volví a bostezar mientras miraba el techo, como siempre. Miré hacia mi izquierda, allí estaba Catalina, mi mamá. No me gustaba estar entre aquellos barrotes, por eso me puse de pie y me agarré de la barandilla.

- ¡Ami!-chillé.- ¡Salí, quero salí!

Miré hacia abajo, si saltaba no me haría tanto daño, ¿No? Pero entonces escuché los ruidos de la cama de papá y mamá. Miré a mami con ansia mientras venía a cogerme. Solté una risita cuando me tocó en la nariz y me cogió en brazos.

- Comé.-pedí.

Desperté por unos quejidos de Carmen. Fruncí el ceño y maldije por lo bajo que me hubiese despertado de un sueño tan alucinante como el que había tenido. Había soñado de nuevo con Green Day, que estaba en un concierto y que luego, en una especie de backstage, hablaba con Tré Cool y nos hacíamos una foto. Tré apestaba a alcohol, más bien a cerveza. Lástima que todo hubiese sido solo un maldito sueño.

Noté algo molesto en la oreja derecha. Me llevé una mano ahí y hallé uno de los dos cascos del teléfono. Genial, ya me había quedado dormida escuchando música de nuevo. Miré mi teléfono y vi la última canción que había escuchado. Se trataba de You are my hope, de Skillet. Le di al botón de colgar la llamada para ir directamente a la pantalla principal del teléfono y mirar la hora. Primero me fijé en la foto de fondo, que era Billie Joe Armstrong, por supuesto. Sonreí ampliamente y luego miré la hora. Las ocho... ¡las ocho! ¡Dios mío, iba a llegar tarde al instituto!

Hice un amago de levantarme de la cama pero...

- Un momento...-Pensé con el ceño fruncido y miré la fecha. 24 de junio... ¡mi primer día de vacaciones!

Sonreí de nuevo y me dejé caer sobre la cama, contenta. Intentaría dormir un poco más y recobrar el sueño de antes.

Esta noche había tenido una pesadilla, así que había ido a la habitación de África a dormir aunque ella no se dio cuenta.
La pesadilla consistía en que había un pedazo de monstruo en el armario y acabó siendo mi hermano pero yo seguía asustada.
Me había acurrucado en un lado de la cama, no ocupaba mucho y a veces solía colarme en la habitación de mi hermana mayor y me iba sin que ella se diera cuenta de que yo había estado ahí.

Abrí los ojos cuando noté que mi hermana se levantaba de la cama y se alteraba, después parecía pensar y se acabó dejando caer encima de la cama otra vez y el milagro fue que no me dio.

- Hola tata, ya son vacaciones - dije feliz.

Tenía una resaca terrible.El dia antes de las vacaciones mis compañeros de clase montaron una fiesta con la excusa de que habíamos acabado por fín bachillerato y que algunos se iban a la universidad,todo eso mezclado con el comienzo de las vacaciones. Yo odiaba el puto verano,pero una fiesta con alcohol gratis no me la perdía,y menos si iban chicas apetecibles.
Después de la fiesta,y cuando volví a casa,cómo de costumbre mi madre dejaba una lata de spray o de cualquier otra cosa para que me tropezara con ella y así enterarse de cuando había vuelto o de si hasta me había ido en algún momento.
Pero aquella vez conseguí burlarla,no tenía ni idea de por qué. Cómo siempre el pestillo de mi habitación estaba puesto,pero al haber vuelto borracho se ve que lo dejé a medio cerrar,por lo que,si se insistía un poco,se acabaría abriendo.
Después de dormir unas...¿dos horas? me despertó el suelo.Me caí de espaldas de la cama y resonó un muy audible "PUM".

- Me cago en tu puta familia...-Musité medio dormido llevandome una mano a la frente con suma lentitud.

No tenía ganas de moverme,sólo una resaca y un recien nacido dolor de espalda por el planchazo.

Bajé las escaleras con Carmen en brazos. Antes de entrar en la cocina me fijé en el spray de la entrada... ¿sería posible que éste niño no hubiera vuelto aún? Bueno ya lo comprobaría luego. Senté a Carmen en la trona y me puse a preparar la papilla. Cuando la tuve me acerqué una silla y cogi una cucharilla- No me la armes ahora con la papilla que nos conocemos...- cogí un poco con la cucahrilla e intenté dársela

Se oyó un ruido.

- ¡Manito!-exclamé golpeando la mesita de la trona con los puños. Miré la comida que mamá me ofrecía y puse morritos.- ¡No!-chillé golpeando de nuevo la trona.- ¡Quero leshe, leshe! ¡LESHE! ¡¿Y ónde tá Aiana?!

Una voz resonó en la habitación. Abrí mucho los ojos con sorpresa y me giré hacia el lado derecho para encontrar a mi hermana pequeña Ariadna ahí tumbada.
Metí un grito muy agudo y me separé rápidamente de ella como si hubiese un muelle entre nosotras dos, de forma que casi caigo de la cama de espaldas, pero logré caer de rodillas.

- P-pero... ¿¡qué!? -Solo me dio la cabeza para decir eso, ya que aún le daba vueltas a mi sueño tan perfecto. Me quedé observando a mi hermana con asombro y luego se quedó sobada perdida de nuevo. No dije nada más, solo suspiré y sonreí. Me encantaba verla dormir, transmitía tanta paz... y además tenía una cara monísima, pero a la vez me hacía gracia.

Me levanté sigilosamente de suelo, restregándome un ojo con una mano y me metí el móvil en el bolsillo del pantalón del pijama. No me gustaba nada la idea de estar despierta tan temprano, y menos en vacaciones, pero es que ya me había desvelado y no creía que pudiese vovler a retomar mi sueño.

Nada más salir de la habitación, le di una patada sin querer a una lata que había en el suelo, y eso provocó un estruendo enorme, ya que cayó por las escaleras. Yo solo metí un brinco hacia atrás, pegándome contra la pared y con una mano en el pecho, sintiendo cómo mi corazón iba a mil por hora.
Desde luego que entre mi "concierto" nocturno y el "backstage" de Green Day, el susto de mi hermana y ahora la puta lata me iba a dar algo.

Un grito que provenía de la habitación de al lado hizo que mi dolor de cabeza se multiplicara.Estiré un brazo y cogí la almohada de mi cama,que me coloqué tapandome la cabeza y apretando,cómo si quisiera ahogarme.

- ¡¡Me cago en mi puta familiaaaa!!-Grité,pero la almohada silenció casi totalmente el berrido.

Creí que después de esto tendría por fin algo de tranquilidad para dormir y dejar que la resaca se fuera a la puta mierda,pero nuevamente el puto ruido metalico de siempre de volver a casa me taladró el cráneo.Ya no había tranquilidad ni pollas.
Me levanté del suelo con extrema vagueza y me puse una camisa roja de pijama de manga larga para tapar el tatuaje del brazo.Aún no daría la bonita sorpresa de mi "nuevo brazo".
Fuí hasta la puerta y quité el pestillo,para después abrir la puerta con toda la mala leche que podía tener en aquellos momentos y encontrarme con mi hermana pegada en la pared,a la que miré con una especie de furia somnolienta y colocada.

- Te voy a matar,zanahoria.-Dije con voz muy ronca,apoyando un brazo en el marco de la puerta y el otro en la cabeza.

Intenté darle a Carmen la cuchara pero se puso a dar manotazos y al final tiró el plato- ¡Ay Carmen!- me había manchado entera. Cogí una servilleta para limpiarme un poco y limpiar el desastre. Cuando estab cogiendo a Carmen oí un estruendo, la lata... ¿habría llegado Leo ya?. Acto seguido le oí chillar algo de zanahoria así que supuse que era a África. Pero eran las ocho y cuarto, África debería estar durmiendo. Miré a Carmen resoplando- ¿Te he dicho alguna vez que os adoro?

- ¡Quero leshe!-chillé y le di al plato, tirándolo al suelo y manchando a mamá de paso. Me crucé de brazos y luego mami me cogió en brazos. Reí con lo que me dijo mami. Había mucho ruido en la casa. Miré hacia las escaleras.- ¡Manitoz! ¡E ajen! ¡Ia!-miré mamá entonces.- Ami, quero leshe. A suelo.-y señalé el suelo.

Mi corazón se iba calmando poco a poco, pero entonces sonó la puerta de la habitación de mi hermano y me volví a asustar. Apareció él tras la puerta y se apoyó sobre el marco mientras me amenazaba. Volví a estar más calmada y me metí las manos en el bolsillo del pantalón del pijama. En uno de ellos estaba mi móvil, así que jugueteé con él mientras miraba a mi hermano desafiante.

- ¿Ah sí? ¿Y qué me va a hacer, Señor Resacoso? -Sonreí de lado. Se le notaba un montón la resaca. Apestaba a lo mismo que apestaba Tré Cool en mi sueño y además tenia unos ojerones que incluso un gnomo podría vivir ahí dentro.

Empecé a acercarme hasta ella,dejando la mano apoyada por la pared mientras pasaba.Me dolía tanto la cabeza que no sabría si al pegarla me dolería a mi o a ella,así que...

- Eres una puta enana.-Dije al quedar enfrente de ella y le di un toque en la frente con el dedo corazón.-Peinate,que parece que te acaban de arrancar del huerto.

Dicho esto me volteé y suspiré,camino al baño.Necesitaba pegarme una ducha fría y luego un café.Si no la resaca y el sueño no se me irian nunca...Ni la peste a alcohol y tabaco.

- ¡Catalina!-Tosí- ¡Hazme el favor de prepararme un café mientras me ducho!

Me adentré en el baño y cerré la puerta,camino a la ducha.

Ya te preparo el biberón hija ya...- la dejé en el suelo- pero no salgas de la cocina- empecé a echar la leche cuando oí la voz agudilla de África contestar algo a su hermano y acto seguido un grito de Leo. Que bien todo alegría y buenos modos con su madre... y esa maldita manía de llamarme Catalina... y pensar que esto iba para largo... me puse a hacer el café y así de paso hacía también para mí... lo iba a necesitar

Di palmaditas mientras reía risueñamente de forma aguda. Cómo gritaba Leo, siempre dando problemas. Por eso yo le iba a romper las cosas, aunque me gustaba más escucharlo cantar y tocar, como África. Eran chicos complicados. Eran ellos dos y Ariadna y yo.

Ariadna, ¿Dónde estaba? Me asomé a la puerta de la cocina para ver si estaba por allí, pero no. Puse morritos y los brazos en jarras. Me di la vuelta y fui hasta una silla, me subí en ella con gran esfuerzo y me senté para mirar a mamá haciendo café.

- Ami, ¿Tayudo?-pregunté extendiendo las manos en un gesto auxiliador.

- Sí, dúchate, maldita Jirafa, que hueles a choto. -Comenté antes de bajar las escaleras y sonreí. Por mucho que tuviese esas discusiones con mi hermano, le quería mucho y nos llevábamos de puta madre. Además, él me daba cigarros si conseguía que Ariadna y Carmen le dejasen en paz. Él en realidad era mi hermanastro, pero odiaba llamarle así, además él ya era de la familia, así que... hermano, así estaba bien.

Bajé las escaleras y cogí la lata, ahora abollada por las ostias que se había dado con el canto de las escaleras. Me pasé los dedos por la maraña que era mi pelo y fui a la cocina.

- Buenos días... -Saludé con mi mismo tono de muermo de cuando hablaba delante de mis padres y tiré la lata a la basura.

Cuando entré al aseo me acordé de que no había cogido mudas limpias.Salí a por ellas todo lo rápido que pude,que en estos momentos era poco,y volví al baño.Enseguida cogí mi cepillo de dientes y la pasta y entré a la ducha ya abierta,donde empecé todo el proceso de restauración humana.

Tenía en la cabeza todavía la fiesta de ayer,y lo que más resonaba fueron los tortazos de algunas chicas que me llevé,que luego por suerte se dejaron llevar...Y me dieron más.
Tenía que empezar a dejar de ligar con las chicas con novios formales.Eran unas estrechas.

- Mujeres...-Susurré para mi mísmo con un suspiro y continué con la ducha/lavado de dientes.

Me reí con ganas del gesto de mi niña y me derretí (ser madre tienes esas cosas) la cogí en brazos y le di un beso- ¡Preciosa! toma tu biberón princesa- la volví a sentar, esta vez en la trona y vi aparecer a mi hija África por allí. Ese color de pelo quemaba la vista pero ya rehusaba de decirle nada... aunque sí podría decirle que se peinara... no, tampoco iba a discutir sobre eso con ella

Buenos días cielo... ¿quieres café?- que arisca era... como me habían salido los mayores... a lo mejor eran las hormonas, sí, eso sería

- Jijiji. ¡Leshe!-chillé. Empecé a beber de mi bibe mientras mamá me sentaba de nuevo en la trona. No me gustaba aquella silla que era como otra jaula igual que la cuna, pero ya me bajaría de allí. Oí una voz somnolienta desde la puerta y miré hacia su origen.

Dejé de beber un momento y golpeé un poco la mesita de la trona para hacerme notar.- ¡Hoia, Áfica!-saludé muy feliz. Yo quería mucho a mis hermanos.

Levanté el biberón de nuevo y empecé a beber con ganas, estaba rica, muy rica.

Miré hacia la cafetera cuando mi madre me preguntó si quería algo de café. Me quedé unos instantes sin contestar y sonreí un poco. No sé cuánta paciencia tendría mi madre, sobre todo con las contestaciones que le dábamos a veces mi hermano y yo, pero eso era algo que admiraba de ella. Eso y su gran don de querernos tanto a todos.
Me llevé una mano a la frente, echándome el flequillo a un lado y asentí.

- Sí, ponme un poco de café... -Asentí. algo de cafeína no me vendría mal, aunque no solía afectarme. Luego miré hacia aquella pequeña hermana mía, Carmen, la cual estaba montando ya un circo en la trona. Me acerqué a ella con una sonrisa y le acaricié con cuidado la cabeza.- Hey, buenos días, pequeño despertador. -Se lo decía de buen humor, pero me había jodido mucho que me despertara de mi sueño, ya que esa era la única manera de ver de cerca a Green Day, mediante sueños.

Cuando ya terminé recogí el baño y me puse unos pantalones de chandal azules que utilizaba para ir por casa,además de ponerme otra camisa de manga larga,esta vez una blanca.

- Uff...Qué agusto.

Eché la ropa sucia a mis hombros y salí del baño.No necesitaba secarme el pelo y menos con este calor.Ahora estaba bastante despejado,faltaba el café...
Terminé de bajar las escaleras y llegué donde todos,levanté una mano en señal de saludo y fuí hasta la primera silla libre que ví.

- ¿Cómo va ese café? Espero no tener que ir a hacermelo yo.A tí te salen mejor.-Dije y bostecé.

¡Una sonrisa por parte de mi hija África! esto si que era nuevo... Llegó mi hijo con la ropa sucia al hombro y reclamando como siempre. Eso de que a mí me salía mejor podía consierarlo como un halago quizás- Gracias hijo- puse la cafetera en la mesa y saqué tres tazas- Ale, servirse- saqué la tostadora y metí pan del día anterior. Mientras se tostaban saqué la mantequilla y la mermelada. Saqué las tostadas y las puse en la mesa. Les miré a los tres antes de sentarme y dije- ¿Satisfechos?

¡Y llegó el hermano que yo esperaba! Aunque también quería ver a Ariadna. Terminé de beberme la leche justo cuando mi hermano atravesaba el umbral de la puerta.

- ¡Leo!-saludé golpeando la mesa de la trona con el biberón. Las tostadas olían muy bien y olisqueé su aroma.- ¡Yo quero totada!-chillé.- ¡Ami, suelo!

Me senté en una de las tres sillas que quedaban libres (las otras dos eran de mi padre y de Ariadna) y asentí con la cabeza a la ultima pregunta de mi madre. Sin decir nada, cogí un cuchillo de la mesa y una tostada. La unté bien de mantequilla y luego de mermelada de fresa.
Le di un bocado a la tostada y observé de reojo a mi hermana pequeña.

- A ti se te romperían los pocos piños que tienes si intentas comerte una tostada. -Bromeé cuando tragué el cacho de tostada.

Enseguida llené mi taza de café.Estaba que ardía,pero igualmente estaría bueno.Me dí cuenta entonces de que tenía todavía la ropa sucia en cada hombro y suspiré con cansancio,para después levantarme e ir a tirarla al cesto.
Cuando volví me dejé caer en la silla,haciendo que esta se arrastrara un poco hacia atrás.

- Yo no quiero una tostada.Traeme una naranja anda,que tiene vitaminas.Y si no es mucho pedir el cuchillo,no me gusta pelar las cosas con las uñas....Porfavor.-Bostecé.

Cuando le puse el azúcar al café empecé a moverlo con la cucharilla y me quedaba mirando cómo giraba.La ducha no me había espabilado del todo,pero almenos la resaca ya casi no estaba.Le dí el primer sorbo al café y luego de dejarlo en la mesa me escurrí un poco de la silla,quedandome mirando el techo.Me apetecía fumar.